jueves, 2 de diciembre de 2010

ELLA Y EL

Ella trabaja en una agencia de viajes y sale tarde. El la espera en el bar de la esquina tomando cerveza, una atrás de otra. A ella no le gusta que el la vaya a buscar y a el no le gusta ir, pero, aunque ella no le pida que la busque, el va igual. Va pura y exclusivamente por las cervezas y cuando ella entra en el bar, apura la que está tomando y pide otra. Ella paga la cuenta. Siempre hay alguna discusion por la cantidad de cervezas consumidas. El le dice que lleva una hora esperándola y ella contesta que los dos tienen claro su horario de salida, que nadie le pide que la busque y que, de ultima, podría llegar nueve menos cinco y esperar cinco minutos. El se calla la boca. Va a buscarla porque es el unico momento en el que puede beber, ella no toma alcohol y el no tiene un centavo. Ella esta cansada de todo esto: del alcohol, de que no haga nada, de que esté todo el tiempo con la guitarra, pero el no cambia y ella tiene claro que en cuanto pueda lo deja...
- Se sienta en el sillón a tocar la guitarra desenchufada –le dijo a Sara, su mejor amiga, hace poco- por ahi toca algo y se queda pensando, lo vuelve a tocar y sonrie, como si tuviese algo brillante entre manos. A veces me lo quiere hacer escuchar y lo toca para mi. “Es Wonderwall”, le digo, y se enoja. Y así todos los dias, bah, todas las noches, porque de día no lo veo, pero supongo que hará eso mismo...
El estuvo en una banda hasta hace poco, pero sus compañeros lo echaron cansados de que falte a los ensayos y critique las ideas que traían los demás; ella conoció a alguien en el trabajo, es el gracioso del grupo, todavía no pasó de un poco de histeria pero le interesa...
- Tiene menos profundidad que una pelopincho, pero me hace reír –le adelantó a Sara- el otro nabo es un depresivo y un vago...
Cuando llegan al departamento ella lo sienta y le da salida. El pregunta si hay alguien mas sabiendo que si, pero sabiendo también que ella va a decir que no y que quizás sea cierto que, al menos esta vez, eso no tenga nada que ver. “Es dificil dejar a alguien sin tener a otro en vista, hay que ser muy valiente para terminar una relación solo porque las cosas no van bien”, leyó hace poco y estuvo de acuerdo, pero no la culpa, sabe que no es facil estar con alguien como el. Le pide usar el teléfono y llama al celular de Omar, su mejor amigo, para ver si puede dormir en su casa esta noche y varias mas... Omar no está en casa pero le dice que ya va para alla, que se encuentran en la puerta en media hora, Omar es un buen amigo...
Cuando se encuentran el tiene un bolso chiquito en el que caben la mayoría de sus cosas y la guitarra colgada del hombro. Omar le da la llave y le pregunta si quiere que se quede con él. El contesta que no, que se va a acostar. Omar sonrie y le da un billete de 100 pesos. El lo mira...
- No es ni prestamo ni regalo, se te cayeron la ultima vez que estuviste acá, son tuyos. En la alacena hay un whisky, fique a vontade...
El agarra el billete y abraza a su amigo. Sabe que es mentira lo de los 100 pesos, no se le pueden haber caido nunca, sencillamente porque el nunca tuvo un billete de 100 pesos en el bolsillo, pero Omar es un buen amigo...
Omar se despide y parte para lo de su novia, el sube las escaleras hasta el tercer piso, enciende la luz y va hasta el teléfono. Hace un breve llamado y después empieza a desarmar su bolso. Media hora despues baja a abrir la puerta y dos minutos después la cierra, ni siquiera hizo subir a quien tocó el timbre, Raul se llama...
Sube las escaleras otra vez saltando escalones de dos en dos, entra al departamento, cierra la puerta, tira dos hielos en un vaso y lo llena con el Vat 69 de Omar, agarra un cd cualquiera del estante, da igual cual sea, no piensa escuchar nada, va a tocar. Se toma un trago, rasguea las cuerdas, se queda pensando, vuelve a tocar lo mismo y sonrie, quizas haya algo brillante ahí...

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